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Crisis qatarí: historia, desafíos y perspectivas de un evento regional (Parte 1)

En el mes de junio del año pasado, el auge de los conflictos diplomáticos de Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, y Bahréin contra Qatar tuvo cabida. Las cuatro naciones crearon una alianza para liderar un boicot económico en contra de la península de Qatar a causa de su política exterior e interior contraria a la de los demás países del Golfo. Asimismo, han amenazado al país con retirarlo del Consejo de Cooperación del Golfo si no cumple con sus injerencias. Establecieron una lista de exigencias que el país qatarí debería cumplir para liberarse de dicho bloqueo económico.


No obstante, dicha nación se ha mostrado resistente a ceder desde el comienzo. Para los qataríes el bloqueo político y económico que se les ha impuesto refleja un atentado en contra de la soberanía de su gobierno, y aunque la nación se ha postulado abierta al diálogo y a la negociación con sus vecinos árabes, demanda que sus peticiones contradicen a las leyes internacionales.


Dentro de la lista de exigencias otorgadas a Qatar, se encuentra: asumir el compromiso de combatir al terrorismo y al extremismo ideológico, como principal y más importante requerimiento. Esto se debe a que la alianza de países árabes acusa a Qatar como una amenaza que podría deshacer el orden existente entre los países árabes, así como la paz. De igual forma, el país es acusado de impulsar al terrorismo en la zona por medio de apoyos económicos y el resguardo de los integrantes de tales grupos en su territorio.


Del mismo modo, la alianza de naciones árabes requirió que Qatar cerrara la cadena de noticias Al Jazeera debido a su “insolencia” diplomática, y por ser considerada el medio portavoz de grupos extremistas que puede generar más extremismo y segregación dentro de la población árabe. A su vez, se requirió clausurar una base militar turca, cortar lazos por completo con la Hermandad Musulmana y Hamas, así como disminuir sus relaciones tanto políticas como comerciales con Irán. (BBC News Mundo, 2017)


Las restricciones impuestas incluyen bloqueo marítimo, aéreo, y terrestre, siendo este último el de mayor gravedad puesto que Arabia Saudita es el único país con el que Qatar tiene una frontera terrestre. Por lo tanto, al encontrase en contacto limitado con otros países para continuar con el comercio, resulta bastante complejo el hecho de abastecer a su población con importaciones, y continuar con la fluidez económica al no poder exportar ningún producto. Como resultado, el bloqueo ha generado dificultades económicas, sociales, y de seguridad dentro de la nación árabe.


Un claro ejemplo de las consecuencias sociales que este bloqueo ha ocasionado, consta en el detenimiento de estudiantes qataríes para continuar sus estudios en cualquier parte de Emiratos Árabes Unidos. Esto se debe a que gracias a las restricciones políticas impuestas al emirato, dichos jóvenes no podían proceder con sus estudios o recoger sus documentos escolares para volver a su país, situación que además de violar el derecho mundial a la educación, estaba separando familias.


Por lo tanto, Qatar esgrimió la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, de la cual forma parte el país vecino, para llevar dicho caso ante la Corte Internacional de Justicia de la Organización de Naciones Unidas. La cual promulgó en el pasado mes de julio del presente año, que los estudiantes deben tener acceso a los servicios judiciales del país para volver a su hogar. Asimismo, se acusó a Emiratos Árabes Unidos de violar las leyes internacionales al expedir de su territorio a qataríes quienes ya cuentan con propiedades y familia en la zona. (Al Jazeera, 2018)


Mientras tanto, Qatar cuenta con un aliado importante, Irán. País con el que comparte el mar del golfo pérsico, que es el principal suministro de gas para ambas naciones, y cumple un papel importante en sus economías. Es a causa de esta razón que el mantener una política exterior cercana a Irán, resulta de vital importancia para Qatar y sus intereses nacionales. Por su parte, Irán es reconocido ampliamente como el enemigo principal del mundo suní y de Arabia Saudita, en cuanto a ideología y a cuestiones políticas.


Así que, a este contexto se debe la petición de terminar por completo las relaciones con Irán, sin embargo, por cuestiones geopolíticas resulta imposible para Qatar cumplir con tal demanda. Cabe mencionar que, para Qatar el país iraní no sólo significa un aliado económico que lo ayuda a confrontar la crisis que está viviendo, sino que también representa el país que junto con Rusia está salvando a Siria de ser una colonia saudita. Al ser Siria el principal punto de tránsito de armamentos que Teherán envía en nombre del movimiento chiita, es conveniente tener al país iraní como aliado.


Es importante aclarar que, en cuanto a las relaciones diplomáticas sostenidas entre Qatar y Siria, estas habían sido detenidas de forma tajante desde el comienzo de la crisis siria en 2011, paralelo al inicio de la Primavera Árabe. A causa del apoyo que el país qatarí brindó a los grupos radicales sunitas que han tratado de derrocar el gobierno de Bashar al-Ásad, dicho acto fue realizado con la convicción de que un gobierno sunita próximo a su nación, sería benéfico y políticamente estratégico. No obstante, el resultado inmediato consistió en convertirse en un adversario directo del presidente.


Por su parte, Salah Ramadan, presidente de la federación de fútbol siria, firmó en el mes de marzo un acuerdo de cooperación deportiva con su homólogo qatarí en el que se suscribe la búsqueda de reforzar los vínculos deportivos entre Doha y Damasco. Dicho acuerdo también ha brindado un mensaje de carácter político, dando cabida a la especulación acerca de si las relaciones diplomáticas entre ambos países se reanudarán para lograr la paz y cooperación. (Al Manar en Español, 2018). Al mismo tiempo, provocó una inmediata reacción negativa por parte de Arabia Saudita ante Qatar debido al interés que el país saudí tiene en Siria.


Con respecto a Doha, ha admitido a lo largo del conflicto que en el pasado llegó a asistir económicamente a ciertos grupos islámicos que son considerados como extremistas, entre ellos la Hermandad Musulmana. Grupo creado en Egipto por Hassan al-Banna en 1928, de carácter religioso y político fundado en la creencia de que el islam no solamente es una religión, sino una forma de vida, por lo tanto, aboga por un alejamiento de la laicidad y opta por un regreso a las reglas del Corán como base para el bienestar de la comunidad y los Estados. Aunque ha rechazado el uso de medios violentos para alcanzar sus objetivos, es considerado como el precursor del islamismo moderno. (CNN en Español, 2013)


Pese a esto, Qatar ha negado rotundamente el hecho de haberse relacionado o ayudado a grupos yihadistas vinculados con Al Qaeda o con el Estado Islámico (ISIS). No obstante, para las monarquías del golfo, como Arabia Saudita, la Hermandad Musulmana representa una de las peores amenazas al status quo de sus regímenes puesto que su ideología de carácter radical arriesga la cohesión social lograda, el orden dentro de la población, así como la legitimidad dentro de sus gobiernos.


“Además de sus lazos con la Hermandad Musulmana, existen otros factores fundamentales que inquietan a las petroquímicas del Golfo, y dieron lugar al conflicto político con Qatar.” (Infobae, 2017). Como se mencionó anteriormente, Qatar cuenta con lazos estrechos con el país iraní debido a su ubicación geográfica y a acuerdos comerciales. Sin embargo, la verdadera razón que ha provocado la reacción de Arabia Saudita y sus aliados recae en la población chiita que conforma a Irán.


La población chiita, sin importar si es mayoría o minoría en un país (por ejemplo, en: Irán, Irak, Siria, Líbano, Yemen y Bahréin) se identifica por ser más activa social y políticamente, debido a la búsqueda de mayor goce de sus derechos. Mientras que, la población saudí se constituye mayormente de habitantes sunitas, que son caracterizados por sus prácticas de carácter tradicional y ortodoxo. Dichos elementos ideológicos tan opuestos, son la base de la complejidad de la relación entre tales países, impidiendo la capacidad de establecer un diálogo en el que se pueda llegar a un acuerdo común.


Por su parte, el Estado qatarí se encuentra conformado en mayor parte por ciudadanos con creencias wahabitas, movimiento nacido en Arabia Saudita considerado la raíz de todos los movimientos integristas a causa de su concepción estricta y conservadora del islam. Por lo tanto, Doha y Riad comparten el mismo sistema ideológico, sin embargo, el punto de fricción realmente consiste en que Arabia Saudita ha señalado a Qatar como un país demasiado independiente que se resiste a la realineación de los países del golfo en contra Irán, estrategia principalmente impulsada por Donald Trump.


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El Observatorio sobre el Mundo Musulmán nació ante el interés de un grupo de profesores y estudiantes de la UDLAP interesados en la situación del Medio Oriente y Norte de África (entre otros), así como las repercusiones que ha tenido en Occidente.

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