Balance y perspectivas de la marcha verde
El 6 de noviembre de 2015 fue el aniversario de los cuarenta años de la Marcha Verde. Las festividades organizadas en todo Marruecos muestran que la decisión del rey Hassan II en su discurso del 16 de octubre de 1975 es un momento clave de la historia nacional marroquí. El 6 de noviembre de 1975, el rey envió 350 000 civiles A recuperar los 266 000 km2 del Río de Oro, posesión española, como únicas armas las banderas y el Corán. España vivía una situación política difícil con la agonía del caudillo Franco (que murió el 20 de noviembre de 1975) y la inexperiencia del príncipe Juan Carlos. España quería que su retirada permitiera la constitución de una república saharaui que le permitiera continuar utilizando las aguas territoriales del Atlántico y aprovechar el fosfato. Argelia defendía también una república independiente por dos razones. La primera era ideológica, porque los miembros de la organización independentista, el Polisario, tenían el apoyo de la Unión Soviética, así como del presidente argelino Houari Boumediene. La secunda era geopolítica, porque permitiría el cerco de Marruecos y el acceso de su país al Océano Atlántico. El rey Hassan II utilizo como justificación la decisión del Tribunal Internacional de La Haya, que confirmaba los vínculos históricos y políticos entre las tribus del Sáhara Occidental (Río de Oro) y los sultanes marroquíes, para iniciar la Marcha Verde. Hoy Marruecos controla 80% de este territorio. El rey Mohamed VI pronuncio un discurso de "ruptura" el 6 de noviembre de 2015. A nivel político ha confirmado de manera concreta su voluntad de una autonomía real democrática con una transmisión de una gran parte del poder del Estado central a las instituciones locales electas. Pero lo más importante y "revolucionario" es el aspecto económico. Sus propuestas permitieron el fin de una economía de renta y de ayudas públicas. Su objetivo es crear infraestructuras importantes (puerto en Dajla, aeropuerto internacional en El Aiun, autopistas y líneas de tren del norte de Tánger hasta el sur del Río de Oro) que favorecerán una economía liberal y el desarrollo del comercio con los países vecinos de África: Mauritania, Malí, Senegal, Guinea, Burkina Faso y Costa de Marfil. Esta estrategia interna tiene relaciones con la estrategia diplomática del rey desde los diez últimos años. Tiene una voluntad fuerte de aumentar las relaciones económicas, comerciales, políticas y culturales entre Marruecos y esos países. Hay una voluntad de volver a las relaciones que tenían las monarquías con esa región en los siglos que precedieron la colonización. Ese proyecto se ha construido poco a poco con la inversión del Estado, y con las importantes inversiones de los bancos y empresas marroquíes en las economías de los países de África del Oeste. Esta estrategia económica esta relacionada directamente con la diplomacia y también con la descentralización interna y el acceso a la democracia. Hay un proyecto global del rey para que su país tenga una posición importante en el continente africano. El sabe que sin el apoyo de esos países, Marruecos, que no es miembro de la Organización de la Unión Africana de 1985, no podría resolver el conflicto con Argelia y el Polisario. Mohamed VI se beneficia con la enfermedad del presidente Bouteflika y las dificultades económicas argelinas con la baja del precio del petróleo. Además, se beneficia con él escándalo de corrupción del Polisario con las ayudas de la Unión Europea y su marginación diplomática en los años 2000 por consecuencia de su arcaísmo ideológico. Muchos países latinoamericanos han retirado sus apoyos al Polisario, tales como Colombia, Panamá y Costa Rica. El plan de autonomía tiene el apoyo de Francia y Estados Unidos. Desde cuarenta años ese conflicto impide la construcción de una alianza regional de los cinco Estados del Magreb. La estrategia marroquí permitiría el desarrollo del Sáhara Occidental y de Marruecos. Habrá una nueva época en las relaciones del Magreb con el África del Oeste.
